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miércoles, 25 de abril de 2012

6.6 Comentario personal.

Crítica

Desde luego la obra de Quevedo es inmensa y algunas veces contradictoria, aunque supongo que debía estar en relación con su forma de vida. Creo que en algunas sátiras escritas en su juventud (Poderoso caballero es Don Dinero) aparece una visión de la vida desenvuelta y alegre, se sabe que a Quevedo le gustaba disfrutar de la vida noctámbula pasando gran tiempo en las tabernas. En contraste están sus poemas metafísicos donde claramente expresa su desconsuelo existencial (Ah de la vida...) y donde su filosofía de vida es profundamente pesimista. En sus poemas amorosos también aparecen dos polos opuestos, por un lado se muestra misógino (odio a la mujer) como en su poema "Puto es el hombre que de putas fía", y por otro lado están sus poemas donde plantea un amor ideal (breve cancionero a Lisi) que le parece inalcanzable, un amor platónico que puede atravesar incluso la barrera de la muerte.

La palabra barroco, en italiano es " barocco" y significa "razonamiento retorcido"; desde luego Quevedo utiliza un perfeccionamiento y un rebuscamiento de efectos novedosos y de sorpresa que representan un desafío y la necesidad de un gran esfuerzo para poder entenderle, el alarde de ingenio del que hace muestra con sus dobles sentidos y con la cantidad de recursos estilísticos que utiliza, ese rebuscamiento en las formas, el sentido peyorativo y la exageración es lo que más me ha costado para poder descifrar todo el contenido de sus poesías. Al mismo tiempo, en referencia a sus poemas metafísicos, a sus reflexiones sobre la existencia humana, la fragilidad o la frugalidad de la vida, esa angustia, quizá sea por la diferencia de edad o quizá por la distinta época en la que vivo, pero no puedo llegar a identificarme con ellos.
Particularmente lo que más me ha gustado es su forma de escribir basada en el ingenio: la ironía y la sátira como en el poema "A una nariz".
Quiero hacer mención también a alguno de sus escritos escatológicos "Gracias y desgracias del ojo del culo", y alguna que otra anécdota (cuando llama coja a la reina), que supongo no tienen tanta repercusión como otras de sus obras, pero que me han hecho mucha gracia y donde también se puede observar la inmensa maestría del lenguaje que tenía Quevedo y que debió ayudar mucho a hacerle tan popular en su época.

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