Quevedo y el conceptismo.
La literatura barroca es una literatura de contrastes, en la que se mezclan lo bello y lo grotesco, lo claro y lo oscuro, la materia y el espíritu, el lujo y la miseria, pero, sobre todo, el contraste entre la deformación caricaturesca de la realidad y la belleza estilizada. Se tratan temas como el desengaño, la desconfianza, el pesimismo, la brevedad de la vida y se vuelven los ojos hacia la religión y el teocentrismo.
La palabra clave del Barroco es desengaño, en esta época pasamos de la visión armónica del Renacimiento a la concepción negativa del mundo y de la vida, provocada por la situación social y política.
Se pone de relieve el espíritu del siglo XVII en el que se inicia una progresiva decadencia de la vida política y social en España, bajo el mandato de los últimos Austrias. Los temas y las fuentes de inspiración siguen siendo los del Renacimiento: el amor, la naturaleza, el paso del tiempo, pero ahora el tono es pesimista y exagerado, y no se busca el equilibrio y la belleza, sino el efectismo y la sorpresa, la originalidad del autor, no la imitación de un canon.
La ruptura con el equilibrio renacentista se lleva a cabo por medio de dos tendencias el culteranismo y el conceptismo.
El culteranismo,cuyo máximo representante fue Luis de Góngora , persigue la belleza formal dando más valor a la forma que al contenido,en las características de este estilo cabe destacar la importancia de los valores sensoriales,la fuerte presencia de la mitología,el uso de metáforas audaces y de un hipérbaton frecuente,la utilización de un léxico culto de procedencia latina y griega,y el gusto por las frases largas.
El conceptismo se fija más en el contenido y prefiere emplear recursos de ingenio, como juegos de palabras, asociaciones de ideas y dobles sentidos. De esta forma, deshace la armonía clásica mediante la elaboración compleja del significado. El poeta conceptista utiliza a menudo recursos de carácter semántico como la ironía, la paradoja, la antítesis, la hipérbole, el equívoco e incluso la caricatura. Esta tendencia a una expresión intelectual se observaba ya en el cancionero del siglo XV, pero aparece más acentuada en esta época. El representante más importante del conceptismo poético es Francisco de Quevedo.
Góngora y Quevedo fueron enemigos literarios,ambos innovaron en la poesía de su época en direcciones distintas pero complementarias a partir de unos códigos compartidos y de una visión de la literatura como arte de las minorías educadas que se apartaba del vulgo.
La disputa entre Góngora y Quevedo comenzó cuando Quevedo era estudiante en Valladolid en 1606. Quevedo se metió con muchas de las aficiones de Góngora, su nariz y su indumentaria y Góngora se defendía diciendo que poco caso podía hacerse a " un bufón lenguaraz con claras intenciones banales e infantiles ". Fue un gran enfrentamiento entre culterano y conceptista, que nos ha enriquecido a todos y del que hoy en día podemos seguir disfrutando.
Baltasar Gracián
Baltasar Gracián y Morales nació en Belmonte, Zaragoza en 1601.Se hizo Jesuita y enseñó en diversos centros de esta orden alcanzando fama como predicador,publicó sus obras bajo seudónimo ya que su orden se lo prohibía,murió en Tarazona, Zaragoza en 1658.
Profesó una filosofía de hombre pesimista,pero por el contrario luchó con sus obras para mejorar la condición humana,ofreciendo modelos dignos de hombre para ser imitado.Su obra se orienta hacia el perfeccionamiento tanto mundano como espiritual del hombre.
Entre sus obras más importantes destaca " El Criticón."
El conceptismo llega a su cumbre con Gracián,quien en " Agudeza y arte de ingenio " definió el concepto como "aquel acto del entendimiento, que exprime las correspondencias que se hallan entre los objetos". En esta obra dedicó grandes esfuerzos a elaborar un tratado de estética barroca, en ella teoriza sobre el concepto, modos y procedimientos para ser ingenioso; se ha considerado esta obra como teoría del conceptismo.
"Lo bueno, si breve, dos veces
bueno". Baltasar Gracián.
No hay comentarios:
Publicar un comentario